El pasado 16 de junio, se cumplió 6 años desde que la OIT adoptó el Convenio nº 189 y la Recomendación 201 que lo acompaña, sobre las trabajadoras y los trabajadores domésticos. Es la primera norma internacional sobre trabajo decente para las trabajadoras de empleo de hogar y cuidados, dirigida a reconocer y extender los derechos y protecciones fundamentales a millones de personas que trabajan en hogares privados alrededor del mundo.
El convenio 189 y su recomendación 201 son una materia de justicia social y dignidad. Constituye un sólido reconocimiento del valor social y económico que tiene el trabajo doméstico y una llamada a la acción para poner fin a la exclusión y la esclavitud moderna de la que son objeto las y los trabajadores del hogar en los ámbitos de protección social y laboral.
Cuando un país ratifica un Convenio, su gobierno hace un compromiso formal de aplicar todas las obligaciones establecidas en el Convenio, y periódicamente informar a la OIT sobre las medidas adoptadas en este sentido. Actualmente han firmado el convenio 24 países , entre ellos seis de la Unión Europea.
El trabajo doméstico y de los cuidados incide de manera determinante en la calidad de vida de las sociedades por su contribución de manera decisiva a la sostenibilidad humana de la vida. A pesar de esta importancia, supone una de las formas de empleo más invisibles, precarias, inseguras, desprotegidas y peor remuneradas.
En el mundo existen al menos 67 millones de trabajadoras y trabajadores domésticos y esta cifra crece a un ritmo constante. Un 83% son mujeres, y globalmente una mujer asalariada de cada 13 es una trabajadora de hogar y cuidados.
En España, a finales de 2016, había 630.100 personas ocupadas como personal doméstico -lo que representa el 3,4% de las ocupadas- según la EPA del cuarto trimestre 2016; casi 9 de cada 10 personas trabajadoras en el sector son mujeres. Además, la economía sumergida en este sector supera el 30%, diez puntos porcentuales por encima de otros sectores.
El empleo de hogar forma parte de un complejo engranaje a través del cual los hogares se organizan para garantizar las necesidades de cuidados de las personas. La forma en que se combinan los distintos recursos dependen de la estructura y redes familiares, del acceso a servicios públicos (ayuda a domicilio, escuelas infantiles, plazas en residencias, etc.) y del poder adquisitivo del hogar/familia.
Sin embargo, a fecha de hoy, el Estado español no ha ratificado el Convenio 189 de la OIT a pesar de las movilizaciones de colectivos, asociaciones, sindicatos, etc., que lo han pedido, así como diversas iniciativas de PNL (proposiciones No de Ley) y posicionamientos de varios ayuntamientos para instar a la ratificación.
Desde USO exigimos al Gobierno que ratifique el Convenio 189 de la OIT y su recomendación nº 201 para comenzar a dignificar el trabajo de las más de 600.000 personas que emplea el sector del trabajo doméstico y conseguir que tengan los mismos derechos que el resto de sectores.
La ratificación del Convenio 189 supondría que el Estado Español se compromete a regular y velar:
Igualdad de derechos a la Seguridad Social con el resto de personas trabajadoras- como por ejemplo derecho a la prestación por desempleo (paro), Fondo de Garantía, etc-.
Protección efectiva frente a toda forma de acoso, abuso y violencia en el trabajo.
Medidas concretas para asegurar que las trabajadoras reciben por escrito explicación detallada sobre sus condiciones de trabajo, tales como: horarios, descansos, las tareas contratadas, el salario y su forma de cálculo según el trabajo a realizar.
Control de todas las horas de presencia. Eliminar la figura del desistimiento.
Fin de los descuentos abusivos en el salario por la manutención y el alojamiento.
Garantía de condiciones de seguridad y salud en el trabajo, incluyendo respeto a la privacidad de quienes pernoctan en el domicilio.
Determinar y prevenir los riesgos laborales. En definitiva, inclusión en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales.
Protección real frente a los abusos de las agencias de colocación: prohibición de actuar sin licencia, inspección de su funcionamiento.
Por todo esto, el Grupo Turin, del que USO forma parte, exigimos al Gobierno:
La ratificación del Convenio 189 de la OIT y garantías del cumplimiento.
El reconocimiento del trabajo doméstico y de cuidados, lo que exige visibilizarlo y equipararlo en derechos con el resto de los trabajos.
La reorganización social, política y económica de los cuidados, es decir, asegurar políticas públicas de bienestar, con una perspectiva de género y migraciones, y velando porque la responsabilidad no sea asumida única y exclusivamente por las familias y cuidadoras.
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